sábado, 17 de mayo de 2014

PRIMEROS AÑOS DE TIBERIO. CARRERA CIVIL Y MILITAR


Busto de Tiberio
Se tienen pocos datos de la juventud de Tiberio. En 32 a.C realizó su primera aparición pública, a la edad de nueve años, al pronunciar la oración fúnebre por la muerte de su padre biológico.

En 29 a.C, tanto él como su hermano participaron en el desfile triunfal de su padre adoptivo, Augusto, que conmemoraba la derrota de Marco Antonio y Cleopatra en la Batalla de Actium. 

En 26 a.C Augusto cayó gravemente enfermo y la posibilidad de su muerte amenazaba con sumir de nuevo al mundo romano en el caos. Aunque los historiadores antiguos defienden la teoría de que Marco Vipsanio Agripa o Marco Claudio Marcelo podrían haberle sucedido en el momento de su muerte, el asunto sucesorio se convirtió en el mayor problema de Augusto. Como respuesta, seleccionó a una serie de posibles herederos, entre ellos Tiberio y su hermano Druso. En 24 a.C, a la edad de diecisiete años, Tiberio se inició en la política bajo la dirección de Augusto, siendo nombrado cuestor. 

Se le concedió el derecho de presentarse a las elecciones a cónsul y pretor cinco años antes de la edad requerida por la ley. Los mismos derechos le fueron concedidos a su hermano Druso. Poco después, Tiberio inició en la corte su carrera como abogado, y es de suponer que fue en ese momento cuando se despertó su pasión por la retórica griega

En 25 a.C se inició en su carrera militar participando en las guerras Cántabras como tribuno militar . En 20 a.C Tiberio fue enviado a Oriente bajo el mando de Agripa con el objetivo de recuperar las águilas de las legiones que los partos habían arrebatado a Marco Licinio Craso (batalla de Carea, 53 a.C), Lucio Decidio Saxa (40 a. C) y Marco Antonio (36 a. C).

Tras varios años de negociación, Tiberio condujo una potente fuerza militar al interior de Armenia, con el objetivo de convertir el antiguo reino en un estado-cliente de Roma y crear con ello una amenaza sobre la frontera parta. 

Al regresar de Oriente en 19 a.C, Tiberio se casó con Vipsania Agripina, hija del mejor amigo y general de Augusto, Marco Vipsanio Agripa. Fue nombrado pretor y se le envío al mando de sus legiones a unirse a las campañas de su hermano Druso en el oeste. Mientras Druso centró sus fuerzas en la Gallia Narbonensis y a lo largo de los Alpes, Tiberio combatió a las tribus de los Alpes y de la Galia Transalpina. En 16 a.C descubrió la fuente del Danubio y lo cruzó por la mitad de su curso. Cuando volvió a Roma en 13 a.C, Tiberio fue nombrado cónsul y alrededor de ese mismo nació su hijo Julio César Druso.

La muerte de Agripa en 12 a.C elevó a los hermanos Druso y Tiberio en la escala sucesoria. Tiberio solicitó entonces a Augusto divorciarse de su esposa y casarse con Julia la Mayor, hija de Augusto y viuda de Agripa. Este matrimonio supuso un punto de inflexión en la vida de Tiberio. 

El matrimonio con Julia nunca fue feliz y produjo un solo hijo que murió durante la infancia. Según antiguas fuentes un día Tiberio fue a casa de Vipsania llorando para rogarle su perdón. Poco después se encontró con Augusto y juntos acordaron que Tiberio y Vipsania jamás se volverían a encontrar. La carrera de Tiberio siguió creciendo y tras las muertes de Agripa y de su hermano Druso en 9 a.C se convirtió en un claro candidato a la sucesión. 

En 12 a.C se le concedieron los mandos de los ejércitos de Panonia y Germania, ambas provincias muy inestables. Regresó a Roma y fue nombrado cónsul por segunda vez en 7 a.C y en 6 a.C se le concedieron poderes tribunicios (potestas tribunicia) y el control del Este. Sin embargo, a pesar de sus éxitos y de su fructífera carrera Tiberio no era feliz.

En 6 a.C, cuando estaba a punto de asumir el mando del Este y convertirse con ello en el segundo hombre más poderoso de Roma, anunció su retiro de la política y se retiró a Rodas. Los motivos de esta repentina retirada no están claros. Antiguos historiadores han especulado con la posibilidad de que Tiberio se sintiera como una solución provisional cuando Augusto adoptó a los hijos de Julia y Agripa: Cayo César y Lucio César, y les favoreció a lo largo de su carrera tal como había hecho con Druso y con el propio Tiberio. 

Tiberio pudo pensar que cuando sus hijastros cumplieran la mayoría de edad le reemplazarían sin miramientos y se sintió utilizado. También pudo influir el conocido comportamiento promiscuo de su esposa. Según Tácito, fueron motivos personales los que impulsaron a Tiberio a retirarse a Rodas, donde comenzó a odiar a su esposa y a anhelar a su ex-esposa Vipsania. Tiberio se encontraba casado con una mujer que aborrecía, que le humillaba con las públicas escapadas nocturnas que protagonizaba, y que le había prohibido ver a la mujer que amaba.

Al margen de los motivos de Tiberio, la retirada fue desastrosa para los planes sucesorios de Augusto. Cayo y Lucio estaban todavía en la adolescencia, y Augusto, que contaba entonces con 57 años, no tenía un inmediato sucesor. La retirada de Tiberio ponía en peligro una transferencia pacífica de poder tras la muerte de Augusto y dejaba de ser una garantía de que tras la muerte del princeps, el poder siguiera en manos de su familia o de los aliados de su familia.

Con la retirada de Tiberio, la sucesión recaía exclusivamente en los dos jóvenes nietos de Augusto: Cayo y Lucio César. La situación se tornó de pronto más precaria con la muerte de Lucio. Augusto, a petición de Livia, permitió a Tiberio regresar a Roma como ciudadano romano y nada más. En 4 d.C, Cayo murió en Armenia y a Augusto no le quedó más remedio que recurrir a Tiberio.

La muerte de Cayo en 4 d.C dio el inicio a una frenética actividad en palacio. Tiberio fue adoptado como hijo y heredero de pleno derecho. A su vez, Tiberio se vio obligado a adoptar a su sobrino, Germánico, el hijo de su hermano Tiberio Druso el Mayor y Antonia Minor. Tiberio recibió poderes tribunicios y asumió parte del maius imperium de Augusto, algo con lo que ni Agripa había sido recompensado.

En 7 d.C, Póstumo César fue repudiado por Augusto y se exilió en la isla de Pianosa, donde vivió confinado en solitario. En 13 d.C, los poderes de Tiberio se igualaron a los del propio Augusto. Tiberio se hizo co-princeps de pleno derecho, y en caso de muerte de Augusto únicamente debía sucederle con normalidad. Augusto murió en 14 d.C, a la edad de 76 años. Augusto fue enterrado con todas las ceremonias establecidas de antemano y se le deificó. Tiberio por su parte fue confirmado como único sucesor.